Episodio 39 – Podcast Matrimonio Sin Filtro
Un matrimonio que camina hacia el llamado
Taylor y Chana Barriger viven en Perú junto a sus cuatro hijas, donde pastorean una iglesia y caminan juntos en el propósito que Dios les entregó. Su historia no es la típica narración romántica, sino una demostración de cómo el amor madura, se fortalece y se alinea al llamado de Jesús.
El inicio: un sueño cultural vs. un llamado eterno
Taylor, nacido en Estados Unidos, siempre pensó que casarse con una americana sería lo ideal. Según él, eso le garantizaba cierta “fácil comprensión” de su trasfondo cultural. Sin embargo, un día Dios le confrontó diciendo: “Buscas una chica con tu cultura, pero yo quiero que busques una chica con tu llamado.”
Él admitió que eso le confrontó, pero que la lección fue clara: La cultura se aprende, pero el llamado es irrevocable. Ese cambio de perspectiva abrió la puerta a lo que nunca había imaginado: ver a Chana —quien lo admiraba desde pequeña y servía en la iglesia en alabanza y ministerio de niños— con nuevos ojos. En apenas seis meses, se casaron.
El amor que madura
Como muchas parejas, Taylor y Chana se enfrentaron con muchas diferencias al momento de casarse. Ambos entraron a la relación con una idea que fue transformada a medida que crecían juntos. Aunque Taylor empezó queriendo enseñarle muchas cosas a su esposa, comprendió rápidamente que sólo el Espíritu Santo podía perfeccionarla. Mientras que Chana aprendió que no te casas con un proyecto sino con una persona, aceptarlo y valorarlo tal cual es el primer paso hacia una relación saludable.
A lo largo de su matrimonio, han aprendido que el amor no es suficiente para mantenerlos juntos. Como dice Taylor:
“El amor se sobreestima; lo que realmente nos une es Jesús. Cada vez que lo perseguimos más a Él, eso nos acerca como pareja.”
Intencionalidad en la relación
Con personalidades y ritmos distintos —él nocturno, ella madrugadora— encontraron maneras prácticas de proteger su relación. Se conectan en las tardes, buscan el primer beso del día y son intencionales en detenerse a apreciar el esfuerzo del otro.
La rutina puede ser monótona, pero detenerse a admirar y afirmar lo que el cónyuge hace renueva la conexión. Son esos pequeños actos y conversaciones honestas las que los han mantenido cercanos a pesar de los altibajos de la vida.
La verdad sobre el matrimonio
Muchos creen que el matrimonio existe para hacernos felices. Taylor y Chana han aprendido que, en realidad, el amor existe para hacernos madurar.
“El pasto no es más verde del otro lado, lo que pasa es que vemos los highlights de otros matrimonios. Aquí vemos también nuestros fracasos. Nuestro llamado es regar y cuidar lo que tenemos en casa.” – Taylor Barriger
Discutir es normal, incluso frente a los hijos. Lo importante es que ellos también vean cómo papá y mamá resuelven sus diferencias. Eso les enseña que los problemas no son el final, sino una oportunidad para levantarse.
Reflexiones finales
El matrimonio consume tiempo y energía, pero es la perfecta oportunidad para convertirnos en la persona que debemos ser. Si bien no todos están llamados a casarse, quienes lo hacen encuentran en esa unión un espacio para perfeccionarse, reflejar la iglesia de Cristo y caminar hacia la madurez.
Taylor y Chana nos recuerdan que el matrimonio no es un proyecto de autoayuda ni un escape cultural, sino un llamado divino. Y que, en medio de todo, el verdadero secreto es este: seguir a Jesús juntos, porque en Él está la fuerza que sostiene el amor.