Episodio 31 – Podcast Matrimonio Sin Filtro

Con Jose y Cindy Redondo

Hoy en día José y Cindy lideran el ministerio de matrimonios en Mission Orlando, pero admiten que todos los días están aprendiendo algo nuevo para llevar su relación a otro nivel. 

Su historia de amor

Comenzó en Colombia cuando ambos servían en un encuentro de la iglesia a la que asistían. Al principio, Cindy creía que José era un poco creído, mientras que Jose veía a Cindy como una chica atractiva y lista, pero ninguno de los dos imaginó lo que Dios haría al unir sus caminos de manera tan profunda como lo hizo. 

A pesar de sus diferencias  —él extrovertido, ella reservada; él organizado, ella espontánea— algo comenzó a crecer entre ellos. Su amistad pasó a algo más íntimo y pronto comenzaron un noviazgo. En el podcast, Cindy nos compartió que ella siempre se mostró interesada, lo cual cree que es necesario de parte de las mujeres que también pongan de su parte para iniciar una relación. 

“Muchas veces las mujeres esperan a que el hombre dé todos los pasos, pero las mujeres también deben mostrar interés”  – Cindy Redondo

Pensaron que pasarían varios años antes de pensar en matrimonio, pero Dios habló al corazón de José, guiándolo a dar el paso antes de lo planeado. A pesar de algunos prejuicios iniciales por parte del padre de Cindy, quien había escuchado comentarios negativos sobre José, este decidió conocerlo por sí mismo. Lo invitó a su casa, lo recibió con respeto y, tras una conversación significativa, le dijo: “Confío en ti”. Fue una declaración que marcó el comienzo de una historia construida sobre la fe, la intención y el compromiso.

Hoy en día tienen dos hijos, Elisheba y Joshua. Mientras esperan si vendrá un tercero, han construido un matrimonio saludable basado en la amistad, el servicio y la intención de cuidar su relación.

La desconexión crea fricción

Pero no todo ha sido sencillo, puesto que han tenido que superar cambios significativos que han querido afectar su relación. Tras varios años de casados, la pareja enfrentó su primera gran prueba al mudarse a Nueva York. La vida laboral demandante, las agendas apretadas y la falta de tiempo comenzaron a crear una muralla invisible entre ellos. Poco a poco dejaron de hacer cosas juntos: ya no oraban, no salían a citas y perdieron la conexión emocional que antes los fortalecía.

“Todo lo que prometimos que no ocurriría, pasó. Nos desconectamos” – Cindy

Como suele suceder, pequeñas semillas de rutina, cansancio y descuido comenzaron a dar fruto en forma de irritabilidad y conflictos. Sin embargo, algo que siempre los ha sostenido es su capacidad para comunicarse abierta y sinceramente. Se hicieron una pregunta crucial: ¿Qué está ocurriendo entre nosotros?

Fue entonces cuando reconocieron que en el matrimonio es necesario aplicar el evangelio de forma práctica: el perdón, la compasión, la gracia diaria. Hablaron de lo que habían dejado de hacer y de aquellas nuevas actitudes que estaban afectando su relación. La clave estuvo en identificar los patrones dañinos antes de que crecieran más.

Pausa para re calcular

En medio de esa temporada difícil, Dios comenzó a hablarles sobre hacer un cambio de ciudad. Consideraron Miami, pero las puertas no se abrieron. Entonces, en oración y con pasos de fe, decidieron mudarse a Orlando, Florida. Aunque significaba comenzar de nuevo, el ambiente espiritual en su hogar cambió de inmediato.

Volvieron a prácticas que habían abandonado: orar juntos, tener citas, servir en la iglesia. El volver a involucrarse en el ministerio, incluso en los mismos encuentros donde se conocieron, trajo restauración a sus corazones. Mientras ayudaban a otros matrimonios, también Dios trabajaba en el suyo.

Hoy, siguen construyendo un hogar firme. Saben que en el matrimonio hay que ser intencionales, generar espacios para hablar, ajustar y recordar lo que Dios ha hecho. Reconocen que cuando un matrimonio está bien, todo lo demás se alinea y es bendecido.

Como José suele decir, citando la Escritura: “Dios se perfecciona en nuestras debilidades”. Por eso hoy sirven con pasión, sabiendo que cada prueba ha sido parte del propósito que los une.

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