Episodio 32 – Podcast Matrimonio Sin Filtro
La prueba más grande de nuestras vidas
En nuestro más reciente episodio del podcast tuvimos el honor de recibir a Billy Pérez, mejor conocido como Musiko, y a su esposa Cristina. Este poderoso testimonio de espera, ruptura, sanidad y redención nos muestra que Dios está escribiendo historias de amor todos los días.
Un Encuentro Inesperado
La historia de Musiko y Cristina comenzó en el 2007. Él apenas empezaba su carrera musical, descargando pistas y cantando sus letras sobre ellas. En ese comienzo, fue invitado a un concierto en Chicago, Estados Unidos, sin imaginar que ese viaje cambiaría su vida.
Cristina, quien ese día tenía una cita con otro chico quien canceló a última hora, decidió asistir al concierto gracias a una invitación de su primo. Allí conoció a Musiko. Él tenía copias de su CD y Cristina terminó comprando cuatro copias. Billy recuerda haberse flechado desde el primer instante, aún confesando que al finalizar el día dijo: “Creo que hoy conocí a mi esposa”.
Lo que siguió fue una relación a larga distancia de cuatro años y medio. Musiko trabajaba en bienes raíces para poder ahorrar y visitarla. A pesar de los kilómetros, el amor creció, pero eso no impidió que llegaran los desafíos.
Él canceló la boda
Luego de un año y medio de noviazgo Cristina ya quería casarse, pero Musiko no estaba listo. Acordaron planear la boda y él se mudó a Chicago. Sin embargo, un mes antes del matrimonio, Musiko canceló todo. “Mientras más se acercaba la boda, menos preparado me sentía”, confesó.
Lo que siguió fue una separación de ocho meses. Cristina, en un acto de fe, decidió soltar: “Tú me darás la persona correcta, en el tiempo correcto”, oró. A pesar de los intentos de Billy por continuar siendo novios, ella fue la que decidió romper con la relación. Por ese tiempo estuvieron separados y ambos trabajaron en sus vidas y proyectos personales.
Pero el tiempo solamente les demostró lo mucho que deseaban estar juntos, fue por eso que Musiko se acercó con la intención de revivir el romance. Dios restauró lo que parecía perdido y esta vez, él viajó para pedir perdón. En el cumpleaños 50 de su suegra se arrodilló nuevamente y así comenzaron el nuevo capítulo de su historia.
Fue entonces cuando decidieron mudarse a Florida. Luego de 14 años de matrimonio y tres hijos juntos, pueden reírse de la anécdota.
La Batalla Más Difícil: Cuando llegó la depresión
Durante su tercer embarazo, Cristina enfrentó una batalla silenciosa. A pesar de tener una familia hermosa, un ministerio andando y estabilidad económica, comenzaron a surgir pensamientos oscuros que pusieron en duda su felicidad. “Perdí mi identidad por completo”, confesó. Pasaba noches llorando, luchando con su mente, sintiéndose prisionera de su ansiedad.
En nuestra conversación llegó a confesar que tuvo pensamientos de suicidio y que lo habría hecho de no haber sido por su hijo mayor. Musiko, sin entender del todo lo que pasaba, tuvo que aprender a guardar silencio y buscar una mejor forma de comunicar su amor hacia su esposa admitiendo, “desarrollé un lenguaje del amor diferente por lo que ella necesitaba de mí”.
Tres armas para combatirlo:
Fue un proceso largo y la recuperación no sucedió de la noche a la mañana, pero Cristina nos compartió las tres herramientas que le ayudaron a salir del hoyo en donde se encontraba.
- Buscar a Dios
- Buscar ayuda profesional
- Tener una red de apoyo
No hay mayor arma que la Palabra de Dios para combatir los pensamientos de ansiedad y depresión, afirma hoy.
Restauración y Propósito
Han pasado más de dos años desde ese proceso y hoy, Cristina, ha encontrado su propósito incluso en medio del dolor. Reconoce que esa experiencia la formó y le abrió los ojos a las luchas silenciosas que muchos enfrentan: “El enemigo quería robarme el gozo de disfrutar a mi hija, pero Dios me restauró.”
Musiko, por su parte, enfrentó el reto de fortalecer su matrimonio mientras la gente preguntaba por su nueva música. Pero lo más importante sucedía en casa: su familia y su fe estaban siendo reconstruidas desde lo más profundo.
Lecciones que nos dejan:
- El tiempo de Dios es perfecto, incluso cuando no lo entendemos.
- Sanar lleva tiempo, pero Dios es experto en restaurar lo que parece perdido.
- La salud mental importa, y no está peleada con la fe.
- El amor verdadero no huye del proceso, lo enfrenta con gracia y compromiso.